La Escuela del Caos y la Parálisis Paradigmática

La Escuela del Caos y la Parálisis Paradigmática

Una comedia educativa y metodológica en varios actos

Acto I: El misterio del eterno recreo.

Era un lunes cualquiera en la “Escuela Experimental del Saber Compartido”, aunque de “experimental” solo le quedaba el nombre, es que realmente allí reinaba el caos.

El recreo duraba más que las clases, las sillas parecían estar en huelga, y hasta el timbre se negaba a sonar a tiempo.

El director “Sebas”, con su inseparable taza de café y su corbata perpetuamente torcida, observaba desde la ventana:

-Profesora “Adri”, esto parece más un “Reality Show” que una escuela.

Adri, con una pila de cuadernos en la mano, suspiró y dijo: -Los alumnos no quieren entrar a clase, dicen que el recreo dura más que las materias.

Sebas le contestó con su antigua sabiduría: -En mis tiempos tampoco queríamos asistir… y míreme ahora: Dirigiendo!

-Con todo respeto, Director, aquí el único plan que funcionaría es medir cuánto aguanta la paciencia del personal -replicó Adri.

En ese instante irrumpieron los delegados estudiantiles, “Leyre” y “Santy”, con una lista de reclamos más larga que el reglamento interno.

-Director -dijo Leyre- los alumnos no entienden las clases.

-Y los profes no entienden a los alumnos -agregó Santy.

-¡Y yo no entiendo a nadie! -gritó Sebas- ¡Hasta la fotocopiadora se niega a imprimir los exámenes!

Silencio general.

Entonces Adri, con una sonrisa entre pedagógica y traviesa, murmuró:

-Señores, creo que tenemos un “Soft Problem”… Venga, un “Problema Blando”.

-¿Blandito como el flan del Cafetín? preguntó Sebas.

-No, Director -respondió Adri con calma Zen-. “Blandos” son los problemas humanos, los que no se arreglan con memorandos ni destornilladores… sino entendiendo a las personas.


Acto II: El diagnóstico del desastre o Las Definiciones Raíces.

Adri propuso aplicar la “Metodología de los Sistemas Blandos (SSM)” de Peter Checkland.

-Lo primero -explicó- es “entender la situación sin juzgar”.

Sebas tomó nota con aire solemne -Entendido: no juzgar… pero ¿puedo opinar?

Santy levantó la mano como si estuviera en un debate: -Antes, deberíamos aceptar que todos vemos el problema desde ópticas y lentes diferentes.

-Perfecto -asintió Sebas-, pero, espero que no me hagan comprar unos nuevos.

Durante días analizaron la situación y comenzaron a redactar lo que Checkland llama las “Definiciones Raíces”, es decir, pequeñas descripciones de cómo cada quien “ve” el Sistema Escolar.

* Sebas decía que la escuela era “una comunidad que sobrevive a base de café y esperanza, pero, con aroma a verdad”.

Adri pensaba que era “una orquesta donde todos tocan ritmos distintos, pero con la misma melodía”.

Leyre opinaba que “es un laboratorio de aburrimiento involuntario donde las ideas a veces explotan”.

Santy afirmaba que “es una computadora con virus que necesita reiniciarse”.

Entonces Adri propuso combinarlas todas: -Así reflejamos la diversidad de nuestras visiones.

Leyre sonrió: -O sea, una “Definición Raíz Remix”.

Y así nació la versión definitiva:

“La escuela es una comunidad experimental donde aprender, convivir y equivocarse forman parte del mismo laboratorio humano.”


Acto III: La Parálisis Paradigmática ataca.

Con su definición lista, organizaron una Asamblea General.

Sebas llegó armado con un PowerPoint lleno de animaciones y música épica… pero el entusiasmo duró solo dos diapositivas…

-¡Eso nunca ha funcionado ni funcionará! -gritó la secretaria “Katty”.

-¡Dejen quieto al que está quieto! -suspiró la orientadora “Rocío”.

-¡Así se ha hecho siempre! -tronó “Samuel”, el Coordinador Académico.

-¡No cambien mis formatos! -protestó “Isbeth”, la jefa de Control de Estudios.

-¡Cambiar es perder el control!, -dictaminó “Aurita”, la dueña del Cafetín.

Hasta la impresora de Reproducciones escribió: “Error: Sistema no compatible con estas nuevas ideas.”

Adri murmuró: Venga -La “Parálisis Paradigmática”… Joel Barker tenía razón.

Leyre preguntó intrigada: -¿Parálisis qué?

Parálisis Paradigmática -respondió Santy-. Es cuando la gente se congela en su manera vieja de pensar y no logra ver lo nuevo.

-Exactamente -añadió Adri-, cuando las ideas viejas se sienten tan cómodas que no dejan entrar las nuevas.

Sebas alzó su taza: -Entonces estamos congelados hasta las orejas.

-Pues habrá que descongelar los paradigmas -rio Leyre.

-Sí -asintió Santy-, con humor, diálogo… y quizás, una estufa mental.


Acto IV: Descongelando el sistema a través de Acciones con Propósitos Definidos.

Entonces Adri lanzó un reto usando su “Definición Raíz Remix”: -Cada grupo debe proponer un cambio pequeño, posible y divertido… Algo que se pueda hacer *ya*-

Los resultados fueron imprevisibles:

“Los profesores” fundaron el “Club de la Clase sin PowerPoint” y cambiaron una hora de clase por un “Taller de Ideas Locas”.

“Los alumnos” inventaron el “Recreo Inteligente”, donde se juega y se aprende a la vez.

“Profesores y alumnos” crearon un “Consejo de Escucha Activa”.

Sebas sustituyó su frase: “En mis tiempos…” por: "¿Y si probamos esto?".

Katty, la secretaria, comenzó a firmar los oficios con emojis.

-¿Y eso no traerá problemas con la Supervisión? -preguntó Sebas.

-Solo si ellos también sufren parálisis paradigmática -contestó Adri.

Y así, poco a poco, la escuela se llenó de color, ideas y algo poco común: entusiasmo compartido.


Epílogo: El Sistema se mueve y el experimento continúa

Dos meses después, la escuela era irreconocible. Los alumnos participaban más, los profesores reían, y hasta la fotocopiadora imprimía sin quejarse.

Un supervisor del Ministerio llegó de visita. Miró alrededor y dijo: -Director, su escuela está… distinta. ¿Qué hizo?

Sebas por fin se acomodó la corbata y respondió: -Aplicamos una vacuna contra la Parálisis Paradigmática: escuchar, reír y actuar. A veces no se trata de cambiar el sistema, sino de cambiar la forma en que lo miramos. Como cuando dejas de jalar una puerta y simplemente la empujas… y se abre.

El supervisor frunció el ceño -¿Y eso está en el reglamento?

Adri sonrió: -No, pero funciona.

Leyre y Santy se miraron cómplices: -Nuestro próximo experimento será aplicar esto en casa… a ver si nuestros padres también se descongelan.

Todos rieron. El timbre sonó -¡a tiempo por primera vez!- y Sebas alzó su taza: Brindemos por los sistemas blandos… y por las mentes flexibles.

Leyre aplaudió, Santy tomó una foto para el Instagram del colegio, y Adri concluyó:

-Al fin, la escuela se volvió un Sistema… “Vivito y Coleando”.


Moraleja final

Los problemas blandos no se resuelven con fuerza, sino con comprensión y diálogo.

Y cuando un paradigma se congela, el mejor calor es la imaginación compartida, porque la parálisis paradigmática se cura cuando te atreves a cambiar los lentes con los que ves el mundo.

…..¡ That´s All Folks !…..